Se llama “Ludión”, “buceador cartesiano” o “diablillo de Descartes”, pues dicen que fue Descartes el primero que fabricó uno.
El mecanismo del truco consiste en un cilindro de plástico lleno de aire y con un contrapeso, metido dentro de una botella con agua. Cuando lo dejamos solito, el cilindro flota (tiene el suficiente aire dentro). Pero al apretar la botella, la presión del agua en la botella aumenta, comprimiendo el cilindro. Como el aire se comprime fácilmente, el tamaño del cilindro disminuye. Pero el cilindro sigue pesando lo mismo, por lo que al disminuir el volumen y mantener la masa sucede forzosamente que aumenta la densidad. Resultado, nuestro cilindrín es ahora, con la botella apretada, más denso que el agua. Y por tanto se hunde.
(Via CPI)
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